Esta frase de M.L. King, no fue el inicio de su famoso discurso de 1963, sino fue esta otra frase la que utilizó para comenzar sus famosas sentencias: “No nos hundamos en el valle de la desesperación. Aunque vemos delante las dificultades de hoy y mañana, os digo hoy: todavía tengo un sueño”.
Todas nuestras presencias ya han comenzado sus capítulos locales, y os pido a todos, ya casi en el Adviento, que los viváis desde la esperanza, desde la confianza de que el Dios que está por nacer, será luz para nuestros pasos y compañero de nuestro camino. Os invito a escuchar la voz de Dios que nos llama a caminar juntos a su encuentro y a descubrir su voluntad para nuestra Provincia.
Os invito a soñar. Pero no ese sueño onírico de lo irrealizable, de lo ideal, de aquello que es inalcanzable. Sino desde el sueño de aquel que quiere comprometerse con el futuro, de aquel que desde la pobre realidad anhela construir algo nuevo, de aquellos que quieren compartir y continuar la intuición de un hombre, Calasanz, que, ante un escenario de desesperación, no peor que el nuestro, luchó por hacer realidad el sueño que Dios tenía para él.
Dios todavía tiene un sueño para las Escuelas Pías y para nosotros, el sueño de hacer de este mundo su Reino, de hacer presente a toda la humanidad que Él está en medio de su pueblo. Por eso no demos la batalla por perdida, no nos dejemos vencer por el desánimo, sino que, puestos los ojos en Belén, en Aquel que viene para salvarnos, háganos que nuestros capítulos sean luz para tanta oscuridad, luz para tanto niño y joven que no tienen voz y que aún no conocen el amor del Padre.
P. Jorge Iván Ruiz
P. Provincial
